Ernesto Fonseca Carrillo, el capo narco mexicano conocido como “Don Neto”, recuperó la libertad días atrás, luego de haber cumplido una condena de 40 años impuesta por la Justicia. Fue hallado responsable del secuestro, tortura y asesinato del agente de la Administración de Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA), Enrique “Kiki” Camarena, en 1985.
Fonseca Carrillo, hoy de 94 años, recuperó la libertad este fin de semana. Fue una de las figuras clave del narcotráfico en los años 80. Junto a Rafael Caro Quintero y Miguel Ángel Félix Gallardo, fundó el Cártel de Guadalajara, considerado el primer gran conglomerado narco de México, recopiló The Associated Press.
Nacido en Badiraguato, Sinaloa, el mismo municipio que vio nacer a Joaquín “El Chapo” Guzmán, Fonseca Carrillo formó parte de la generación fundadora del narcotráfico moderno en México. Su ascenso comenzó en los años 70 y se consolidó durante la década siguiente, cuando el Cartel de Guadalajara controlaba gran parte del tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
En 1985, el asesinato del agente encubierto de la DEA Enrique “Kiki” Camarena marcó un punto de quiebre en la relación bilateral entre Estados Unidos y México. El agente investigaba las operaciones del cártel y logró infiltrar su estructura. Poco después, el cartel lo secuestró, lo torturó durante horas y finalmente lo mató.
La justicia mexicana responsabilizó por el crimen a los tres fundadores del cartel. Fonseca cayó preso ese mismo año en Puerto Vallarta.
Fonseca recibió una condena de 40 años de prisión por su responsabilidad directa en el crimen. Permaneció tras las rejas durante tres décadas. Sin embargo, en 2016, su situación cambió: por orden judicial, fue trasladado a una vivienda del Estado de México, donde quedó bajo la custodia de su esposa.
En ese momento, tenía 86 años. Su defensa argumentó que padecía problemas de salud que impedían su permanencia en prisión. Si bien el Estado intentó frenar la medida, le concedieron el beneficio de la prisión domiciliaria.
“Creemos que no es justo que alguien que causó tanto daño a este país esté hoy cumpliendo el resto de su condena en el exterior”, expresó Eduardo Guerrero, entonces director de prisiones federales, al conocer la resolución que lo envió a su casa. “Hizo mucho daño a la sociedad y debería seguir, según todos los estudios, en una prisión federal”, agregó.
Fonseca vivió su arresto domiciliario bajo estrictas condiciones. Utilizó un brazalete electrónico y permaneció en una vivienda equipada con cámaras de vigilancia y custodiada por cuatro guardias de seguridad en turnos rotativos, detalló el citado medio.
Mientras Rafael Caro Quintero fue recapturado y extraditado a Estados Unidos, Fonseca logró completar su condena dentro de México.
El agente federal, que confirmó la liberación, y que pidió no ser identificado, no especificó si ahora que quedó en libertad, el gobierno de Estados Unidos buscará también la extradición de Fonseca. Sin embargo, su avanzada edad y su condición médica hacen menos probable una nueva acción judicial en su contra.