Mario Massaccesi vivió un verdadero sacudón durante los últimos días. Literal y emocional. El pasado miércoles 21 de mayo, el conductor fue noticia no por su trabajo ni por alguna polémica, sino por el fuerte accidente automovilístico que sufrió. Una situación crítica que puso su vida al límite y sembró una enorme preocupación en el mundo del espectáculo.
El accidente podría haber pasado a mayores pero la fortuna estuvo del lado de Massaccesi, que salió del choque con heridas menores. Sin embargo, en medio de la ansiedad que todo generó, tuvo una gran lección por aprender.
Todo sucedió el pasado miércoles por la tarde, cuando Mario salía de grabar su programa y todo cambió en un segundo. “Fui parte de un siniestro vial en Palermo. Iba como pasajero de un auto de aplicación. Había salido de Cuestión de Peso e iba para mi casa, a las siete de la tarde del miércoles. El auto venía por Nicaragua, iba cruzando por Oro, bombazo”, contó el conductor en un video que publicó en sus redes.
Según relató, una conductora que venía por la otra calle no logró frenar a tiempo y lo embistió de lleno: “Una señora que venía manejando no lo vio y le dio de lleno. Así que el auto en el que iba fue arrastrado unos metros, eso fue lo que generó un latigazo. Por suerte no hubo golpes mayores, pero sí el cimbronazo y el dolor que queda después de semejante movimiento”.
LA FUERTE REFLEXIÓN DE MARIO MASSACCESI TRAS EL ACCIDENTE VIAL QUE SUFRIÓ
Lejos de quedarse en casa, al día siguiente Massaccesi se presentó a trabajar igual y siguió su vida normal como si nada. “No falté al trabajo, vine a trabajar ayer, aunque no estaba bien. Trabajé a la tarde en Cuestión de Peso y a la mañana también. Soy muy cumplidor con el laburo y, si bien me duele todavía, estaba en condiciones de venir a trabajar. Gracias por preocuparse y la idea es llevar tranquilidad”, explicó.
Sin embargo, a pesar de esa responsabilidad que tiene por sus tareas, también reveló que “todavía tengo dolor en el cuello, en la espalda y el codo”. “Estoy bien, o mejor dicho estoy mejor”, dijo después buscando calmar las ansias sobre su estado de salud.
Más allá del choque, lo que más impactó a Mario fue la indiferencia de la gente: “Una sola recomendación cuando alguien es parte de un siniestro vial, acérquense a preguntar si necesita algo. Nos pegamos un palazo, la señora que manejaba el auto, que fue la que chocó, no podía levantarse el volante y nadie vino a acercarnos nada, ni siquiera a decir: ‘¿Necesitas algo?’. No vino nadie, salvo un señor que justo pasaba y un policía que enseguida vino. Estuvo muy bien, que le agradezco”.
Mario también se detuvo en un detalle llamativo: “Justo enfrente de donde pasó todo, hay un canal de streaming, que tiene muchos vidrios, que estaban haciendo una transmisión afuera, repartiendo galletitas. Pibes muy jóvenes, me llamó la atención, yo sé que estaban trabajando, pero había una emergencia. Y el mensaje de esto es: ‘No naturalicemos un choque, una estampida, no lo naturalicemos. Vayamos a preguntar si alguien necesita algo’”, dijo enojado por esta desidia de la gente.
“Esto lo digo con el diario del lunes, que está todo bien. Pero en ese momento no sabíamos si estábamos bien. Porque apenas ocurre todo, lo primero que necesitas es a alguien que venga a decirte: ‘Che, en qué te puedo ayudar’. Eso no pasó y había gente ahí, había productores, había gente ahí adentro del lugar y afuera. Estaban repartiendo galletitas”, agregó.
“Alguien puede dejar de hacerlo porque había una emergencia. No digo porque me haya pasado a mí. Digo, para aprender de esto que cuando hay alguien en una misma situación, lo menos que podemos hacer es brindar ayuda. Llamar a una ambulancia, llamar al 911, llamar a la policía, acercar una silla, un vaso de agua. Ofrecer el lugar para estar más cómodo. De tal manera de superar ese trance y poder seguir con los trámites”, cerró Massaccesi con una fuerte reflexión sobre lo que le tocó vivir.