El reciente salto del dólar en Argentina y la consecuente suba de tasas bancarias marcan un nuevo escenario económico. Damián Di Pace, analista y consultor económico, señala que el impacto en los precios fue moderado en julio pero comenzó a sentirse con fuerza en agosto. “Si vos tomás el tipo de cambio actual, ¿cuánto le queda para el techo? ¿4, 5%? Me parece que hay más probabilidades a incluso el nivel de tasa que vos estabas diciendo”, explicó, remarcando que muchos bancos privados ofrecieron tasas reales positivas, cercanas al 36 o 37%.
Precios: reacción contenida en julio, aceleración en agosto
Di Pace aportó datos precisos: “Cierre julio, medían 676 puntos de venta de todo el país. La inflación general, 1,8%. Pero la inflación de la gente, consumo masivo, alimento julio con devaluación del peso frente al dólar superior al 13%, nos dio 0,6%. Bebidas, 1%. Limpieza, 0,54%. Cuidado personal, 1,1%. El promedio de la inflación de consumo masivo, 0,96%. Casi no hubo traslado de precios en el mes de julio.”
Sin embargo, advirtió que el panorama cambió rápidamente en agosto: “En los primeros cuatro días de agosto respecto de los primeros cuatro días de julio, alimentos, 2,4% promedio, bebidas, 4,9%. Cuidado personal y limpieza, casi nulo, pero el promedio pasaste de 0,96 a 3,2%.” Los aumentos más destacados: “Jugos líquidos, 11,1%. Nuggets congelados, 8,6%. Crema de leche, 8,2%. Chocolates, 7,8%. Quesos untables, 6,6%. Café, 6,2%. Hamburguesas y salchichas, 5,9%. Vinos finos, 5,8%. Achocolatados, 5,2%.”
Cambio en el comportamiento de consumidores y comercios
Di Pace analizó que el salto del dólar y la inflación no generaron pánico comprador: “No vi, a diferencia de otro ciclo económico, argentinos agolpados sobre la góndola del supermercado desesperados por ir a comprar.” Explicó que antes, “el negocio era el acopio”, pero ahora “el negocio por parte del minorista no es el estoqueo, es la rotación”, porque el cliente ya no convalida aumentos indiscriminados.
El consultor destacó un cambio de hábito social: “El ingreso real de la población, a mi criterio, no va a convalidarlo, el gasto corriente de los argentinos no está dispuesto a estoquearse.” Por eso anticipa que los próximos días traerán “descuentos y beneficios” para intentar mover stocks, ya que los comerciantes enfrentan clientes más cautelosos.
Expectativas y reacción del gobierno
Di Pace considera que el gobierno acepta cierta inflación extra a cambio de sostener los equilibrios macroeconómicos: “¿Es un problema para el gobierno? Bueno, hay costos por pagar y beneficios por asumir… Me parece que el gobierno quizás puede aceptar un poquito más de inflación pero lograr reencauzar ese equilibrio macroeconómico que lo estaba perdiendo.” Explicó que la depreciación del peso y la apreciación del real benefician la balanza comercial y contribuyen al objetivo clave: “acumular reservas”.
Sobre las opciones de resguardo de valor, Di Pace observa: “Comprar dólares, pese a que no hay cepo, no va a ser tan atractivo como todas las opciones de tasa de interés elevada que están apareciendo.” Mencionó que bonos del Tesoro y plazos fijos presentan “rendimiento superior al techo de la banda en toda la curva”. Pero alertó sobre los costos: “El tipo que estaba financiando con tarjeta de crédito le va a subir la tasa, tiene que refinanciar la tarjeta porque va a financiar este cambio.”
El futuro: tensión entre tasa y dólar
Para Di Pace, la “próxima cruzada es la tensión de vuelta de tasa versus dólar”. Anticipa que el gobierno va a impedir que el tipo de cambio llegue al techo de la banda “como mínimo hasta las elecciones”. Luego, estima que podría haber “nuevamente cambio de tasa en peso por dólar para volver a tomar”, un ciclo “cíclico en Argentina”.