Los esfuerzos del Gobierno por contener la inflación y la reciente escalada del dólar ponen en serio riesgo la reactivación económica, que en los últimos meses mostró una tendencia al freno. De este modo, economistas advierten que se podría dar la inusual situación de llegar a las elecciones en un contexto recesivo.
Por un lado, ya desde hace meses que la gestión libertaria está utilizando el ancla salarial como mecanismo de disciplinamiento de la dinámica de precios. Según un relevamiento de la consultora C-P, en cuatro de los primeros seis meses de 2025 los salarios de convenio subieron por debajo de la inflación.
El último dato, correspondiente a julio, indica que los sueldos pactados en las paritarias más representativas del mundo laboral están convergiendo al 1% mensual, mientras el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se encuentra presionado al alza por el recalentamiento del dólar. Ejemplo de ello fue la negociación entre el sindicato de comercio y los empresarios del sector, con incrementos del 1% mensual de acá a diciembre, no acumulativos (por lo cual en términos efectivos las subas serán inferiores al 1%).
«El Gobierno está embarcado explícitamente en forzar el ancla salarial para llegar con una inflación baja a las elecciones, a costa de una explícita (e intensa) caída del salario real«, sostuvo Federico Pastrana, director de C-P.
Las elevadas tasas ponen en jaque a la actividad económica
En paralelo, el nuevo esquema monetario implementado por el equipo económico desde comienzos de julio, que busca controlar la cantidad de dinero y librar las tasas a los movimientos del mercado, se tradujo en una fuerte volatilidad en el rendimiento de los instrumentos financieros en pesos.
Con el desarme de las Letras Fiscales de Liquidez (Lefis), los bancos perdieron un instrumento que, a la vez que les garantizaba la disponibilidad de los pesos, les generaba un cierto retorno. Desde entonces, el comportamiento de las entidades deslizó una preferencia a quedarse con el dinero líquido antes de invertir en títulos a un mayor plazo.
Para impulsar al alza los retornos, y así también calmar las tensiones sobre el mercado cambiario, el Tesoro comenzó a convalidar rendimientos mucho más altos en sus licitaciones de deuda en moneda local. Aun así, la renovación de vencimientos no fue total y el Gobierno recurrió también a un ajuste alcista en los encajes.
Pablo Moldovan, co-titular de C-P, remarcó que en la última licitación, pese a que el retorno anual de las Lecaps cortas fue del 65%, hubo una expansión monetaria de $2,7 billones. Además, agregó, la Tasa Efectiva Anual (TEA) de corto plazo a la cual se financian las empresas casi se duplicó desde este cambio en la política monetaria, al pasar desde un 43% al 84%.
En este contexto, el economista subrayó que las tasas altas ya están golpeando al crédito y que «la política económica asume un sesgo recesivo inusual en el tránsito a las elecciones».
Esto se da mientras la economía exhibe un estancamiento desde febrero, de acuerdo con las cifras oficiales del INDEC. En particular, la industria manufacturera se ubicó en junio casi un 2% por debajo de su último máximo, alcanzado en noviembre del año pasado.
«A mí lo que me preocupa, no solamente es la volatilidad que estamos viendo en las tasas, sino también el nivel, que mata cualquier recuperación en la economía«, dijo a este medio el analista financiero, Christian Buteler.
¿Dólar tranquilo o reactivación económica?: la encrucijada que envuelve al Gobierno
Por su parte, el reconocido economista ortodoxo, Miguel Ángel Broda, pronosticó que «lo más probable es que el dólar logre estabilizarse, pero la economía real sienta el incremento de las tasas y su mayor volatilidad». «No debe olvidarse que la volatilidad es sinónimo de riesgo, por lo cual es esperable que en este marco las decisiones de consumo e inversión se resientan. La actividad, que ya dejó atrás su rebote inicial, tiende a amesetarse, sin que pueda descartarse algunos meses con caídas», profundizó.
Dado lo expuesto, el Gobierno se encuentra en la disyuntiva de seguir convalidando este nivel de tasas y así evitar un recalentamiento cambiario, que desemboque en más inflación, o impulsar un recorte en el costo del endeudamiento para movilizar la actividad económica.
La licitación de este miércoles será un termómetro del camino que puede tomar la política económica. Si bien el Tesoro puede verse forzado a convalidar tasas elevadas para renovar la mayor proporción posible de los $15 billones que vencen en la semana, aunque también estableció topes máximos para las Lecaps de menor duración, con el objetivo de extender los plazos de sus colocaciones o mantener mayor liquidez en pesos y así presionar las tasas a la baja.