Sin dudas, una de las revelaciones de esta segunda temporada de División Palermo es el nuevo Santi: Santiago Demarco (25). El talentoso actor con síndrome de Down es parte de las nuevas minorías que aparecen en la exitosa serie de Netflix y protagoniza casi todos los recortes virales desde su estreno, el 17 de julio.
Santiago Demarco espera a Clarín en un bar bien de “local”, en Lanús Oeste. “Yo soy antes que nada un pibe de barrio. La gente del barrio, mi familia y mis amigos son los que confían en mí, porque saben cómo soy. Saben que no soy un ser de luz, sino uno más, que se acopla a la sociedad. Así es como quiero que me vean”, sentencia al comenzar la entrevista el actor.
Amigo de sus amigos, familiero, fanático del fútbol y de las juntadas en el club Germinal de Gerli, el actor lleva de presentación un mensaje claro y con una mirada colectiva (no hay respuesta en la que no destaque a compañeros, familia y amigos). Santi nos recibe con una sonrisa que parece no entrar en la cara. Está feliz de vivir un sueño que persigue desde los siete años, cuando con sus papás iba cada sábado desde el sur del conurbano a CABA, para tomar clases de actuación con Ana María Giunta.
“Era muy chico cuando empecé a estudiar teatro. Clase tras clase, me daba cuenta que es lo que quería hacer todo mi vida. Ella (Ana María Giunta) era una genia, que sabía incluir y hacernos sentir a todos parte”, cuenta.
Santiago es el mayor de tres hermanos y está acompañado de sus padres, que ocupan en silencio una mesa cercana. “Somos muy unidos y sin ellos nada sería posible”, asegura.
Un grupo de teatro inclusivo
Luego de estudiar con Ana María, fue a la escuela de Lito Cruz. Hoy pertenece al grupo de teatro Inclusivo Las Ilusiones, que fue con quien se presentó a los castings para ser parte de la exitosa serie de Santiago Korovsky. “Ellos también fueron fundamentales”, aclara en referencia sus amigos de la compañía.
-¿Cómo surge la posibilidad de llegar a División Palermo?
-Del grupo Las Ilusiones nos dijeron que se abría un casting y no lo dudé. Nos presentamos varios compañeros. Ya en la segunda instancia éramos menos, y de la tercera no sabíamos nada, hasta que un día, estaba jugando a la Play, y Sabri (amiga de Las ilusiones y su representante) me mandó un mensaje preguntándome `¿A qué no sabés quién quedó en División Palermo? Me puse como loco y empecé a correr por toda la casa. Mi familia estaba en la cocina; y al escuchar el ruido preguntaban qué pasaba y era yo festejando. Cuando me vieron, corrieron a abrazarme y todos nos emocionamos.
Video
Tráiler de la segunda temporada de «División Palermo»
-¿Te había gustado la primera temporada? ¿La habías visto?
-Muchísimo. La vi mil veces. Me encantó la mirada que tiene sobre las minorías y la sociedad. Cómo es nuestra vida y cómo nos ven. Lo que más me gusta de esta ficción es que rompe con el tabú de los que me miran y dicen «Ay, qué angelito, es un ser iluminado». Y no. Somos personas que nos pasan un montón de cosas, además de pertenecer a una minoría. Esta serie hace que te rías, pero no que te burles, es una diferencia muy grande. Somos personas que vivimos nuestras condiciones, y en ese vivirlas nos pasan cosas, pero no es sólo eso.
-Explicame eso de que no te gustan que te vean como “un angelito” o “un ser de luz”, que no te definís así. ¿Cómo te gustaría que la sociedad te vea, para no sentirte incómodo?
-Me molesta mucho que nos infantilicen, que nos subestimen. A veces nos ven no como parte de la sociedad, sino como seres de otro planeta. En División Palermo hay gente muy grosa, desde hace muchos años. Atletas paralímpicos, directores, creadores. Todos muy talentosos, que están en una serie tan importante por su capacidad y no por pertenecer a una minoría, esto es importante que se entienda. Antes que nada, soy una persona que confía en sí misma, que va atrás de sus sueños como un montón de otras personas, así es como quiero que me vean. Y cuando me ven así es cuando me siento integrado a la sociedad.
Por eso te decía que me gusta cómo me siento en el barrio, en el club, con mis amigos de siempre. Ahí es donde me siento seguro, donde todos me conocen y sé que si pasa algo tengo gente en quien confiar. Ahí es donde me vieron crecer y me entienden. Hasta los perros me defienden si alguien me molesta. Siempre fue así.
El gran DT
Hablando del barrio y del club, ¿es verdad que eras técnico del fútbol infantil?
-Sí, la 2004 de Germinal, con dos amigos. Los chicos me hacían caso, aunque estaban en la edad del pavo y me hacían enojar. Teníamos un partido importante y estaban más pensando en pelearse entre ellos, que en poner toda la garra. Pero eran buenos pibes, y yo era muy feliz compartiendo con ellos. Ahora son grandes, y me los cruzo y me felicitan o me muestran que están viendo la serie, eso me pone muy contento.
-¿Cuándo estaban grabando, se daban cuenta que estaban haciendo un éxito igual o más potente que la primera temporada?
-Sí, me parece que sí. Porque nos tentábamos de risa todo el tiempo. Y cuando veías qué pasaba con la gente de afuera (asistentes, camarógrafos y todos), te dabas cuenta que esto iba a funcionar. Era todo muy flashero, como a mí me gusta.
Además, aunque hacemos lo que nos pide, Santi da mucha libertad para trabajar, para agregarle cosas que van quedando bien. Siempre dice que soy el actor que más fácil se aprende la letra y el que va siempre con ideas nuevas. Tengo mucha facilidad para memorizar, yo lo leo una vez y ya me acuerdo de todo.
-¿Cuál creés que fue el secreto del éxito de la serie?
-Creo que principalmente lo bien que la pasamos todos todo el tiempo. Me pasaban a buscar a las 6 de la mañana y era todo el día reírse y eso se nota después.Ni hablar del elencazo: con Gonzalo López, Hernán Cuevas, con Santi, Pilar Gamboa, Martin Garabal, Juan Minujín… Todos unos capos y capas. Con un equipo bárbaro con el que la rompimos.
-¿Sabes que el personaje de Juan (Minujín) siempre dice algo que digo yo?: “Hola, rey, ¿cómo estás, rey”, Sentate acá, rey” y eso yo lo digo siempre. Los chicos me cargan por eso.
-¿Cómo es trabajar con Santiago Korovsky?
-Un capo. Santi es inclusivo todo el tiempo. Nos tiene en cuenta siempre, en qué pensamos, en lo que opinamos (hasta nos pide que llevemos ideas todo el tiempo). Yo cuando lo conocí, le di un abrazo como si fuéramos hermanos.
-¿Cómo te llevas con esta nueva fama, que ahora seas conocido más allá de Lanús?
-Bien, es todavía muy nuevo, pero me gusta que me conozcan. Antes me conocían todos por mí casa, pero ahora por todos lados. Me piden fotos o me mandan mensajes privados al Instagram felicitándome. ¡Mis seguidores subieron un montón!
-Estuviste en una de las marchas por la Ley de Discapacidad, ¿es así?
-Sí. No soy de ir a marchas, pero cuando quisieron sacar las pensiones por discapacidad fui a Plaza de Mayo, porque me parecía injusto. Yo no la necesito, pero hay mucha gente que sí y no se puede hacer como si no existieran. El que esté al mando del Estado tiene que saber que un chico con discapacidad, no es un chico solo, es toda una familia, que está para él, así que no pueden dejarlos olvidados.
-Después de trabajar con tantos actores y actrices de primer nivel, ¿Con quién te gustaría trabajar?
-Uy, qué difícil. Hay muchos. Pero si me das a elegir es Moria Casán, la one. La one, es la one. Ojalá un día pueda conocerla.
Mientras disfruta de la explosión de División Palermo, Santiago está preparando dos proyectos: una versión de Alicia en el país de las maravillas, donde hará del Sombrerero loco, y otro del que no quiere largar ni el nombre “El sombrerero me encanta, porque está loco como yo. Con un toque medio de malicia, también como yo”, bromea.
¿Volverá la Guardia Urbana?
Desde que se estrenó la segunda parte que los fanáticos en redes le preguntan si veremos nuevamente a la Guardia Urbana proteger a los porteños. Y tener a uno de sus protagonistas obliga a la pregunta de si él estaría nuevamente. Santi responde: “Vamos viendo”, con una sonrisa. Y agrega: “Todo esto es todavía muy reciente. Apenas estamos disfrutando lo que pasó. Obvio me encantaría estar en caso de que se continúe, pero para eso falta, y yo no sé nada”.
-Ahora que cumpliste un primer sueño, ¿Cuáles se vienen?
-Muchísimos. Sueño con trabajar en Broadway, o en calle Corrientes. ¿Por qué no? Voy por eso, por mis sueños, como lo hice siempre. Si tuviera que elegir un género de la actualidad te diría policial, pero siempre con un lado de humor. Amo hacer reír, porque el humor es sano y nos incluye a todos. Hacer estallar de risa es lo que más me gusta.