Multicampeón con diferentes clubes y Uruguay, esta es la historia de Alfonso Domínguez.
Alfonso Domínguez dejó una huella imborrable en el fútbol sudamericano. Su talento y solidez dentro del campo de juego le permitió alzarse con diferentes conquistas que quedaron en las páginas doradas de la CONMEBOL. Campeón de la Copa Libertadores con Peñarol y figura en River Plate, se retiró a los 35 años para emprender una nueva aventura lejos del deporte.
Además, Domínguez vistió la camiseta de su querida Uruguay, con la que se consagró campeón de la Copa América de 1987. Este logro fue uno de los grandes hitos que marcaron la carrera del nacido en Durazno.
Alfonso Domínguez y su paso por el fútbol
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Tras colgar los botines, Domínguez se erradicó en su pueblo natal.
Domínguez inició su carrera en 1985 con el «Manya», donde se consolidó como pieza clave e indiscutible del equipo gracias a sus grandes actuaciones. Durante sus dos primeros años se alzó con títulos locales, aunque el 1987 lo recordará para siempre: ganó la Copa Libertadores.
Su excelente desempeño le permitió ganarse un lugar en la selección uruguaya, con la que brilló en la Copa América de 1987, competencia que también quedaría bajo su brazo. En 1992 dio el salto a Argentina para vestir la camiseta del «Millonario», donde pese a la intensa competencia interna logró gritar campeón.
Luego regresó a Uruguay para jugar en Nacional, el eterno rival de Peñarol, y se retiró defendiendo los colores de Huracán Buceo a los 35 años.
Su vida después del retiro
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Domínguez fue pieza clave en la obtención de la Copa América de 1987.
Una vez que colgó los botines, Domínguez volvió a su tierra natal, Durazno, para disfrutar de una vida más tranquila. A pesar de alejarse del fútbol, continuó vinculado al deporte: trabaja en el área de deportes de la municipalidad y también es el entrenador en el club de su barrio. Esto le permite transmitir su experiencia a las nuevas generaciones.